LA SEGURIDAD
DEL CREYENTE SE BASA EN LA RESURRECCIÓN FÍSICA DE JESUCRISTO.
La
predicación de Pablo; su súplica para vivir en la pureza; la segunda venida de
nuestro Señor.
La seguridad
de la vida eterna del creyente con Cristo está basada en la resurrección física
de Jesucristo (I de Corintios 15:20-23). El apóstol Pablo pudo escribir:
«Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con
Jesús a los que durmieron (murieron) en Él. Por lo cual os decimos esto en
Palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la
venida del Señor, no precederemos a los que durmieron (han muerto). Porque el
Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios,
descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego
nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados
juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos
siempre con el Señor. Por tanto, alentaos (animaos) los unos a los otros con
estas palabras» (I de Tesalonicenses 4:14-18).
La segunda
venida de Jesucristo será el mayor evento en la historia desde Su ascensión
cuando en aquellos días «viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que
le ocultó de sus ojos» (Hechos 1:9). Su segunda venida fue confirmada el día de
Su ascensión por dos testigos celestiales: «Este mismo Jesús, que ha sido
tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo»
(1:11).
Todos
podemos consolar a nuestros hermanos y hermanas creyentes, que han visto a
seres queridos ser llamados a su hogar celestial a estar con el Señor con esta
seguridad que muy pronto, tendremos una gozosa reunión — no solamente con
Cristo, pero también con todos nuestros seres queridos que han sido redimidos.
Nuestra gran confianza está en Jesús, nuestro Señor, que nos aseguró esto: «No
se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en Mí. . . . (Voy),
pues, a preparar lugar para vosotros» (Juan 14:1-3). No hay palabras que puedan explicar
esta gran gloriosa venida de nuestro Señor Jesucristo. Toda la historia se
puede reducir a dos edades: la edad presente que empezó con Adán, y la edad
venidera. «Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así
como ladrón en la noche» (I de Tesalonicenses 5:2). Estamos apresurándonos al
tiempo determinado como «el día del Señor». Este es el día de gozo anticipado
por cada creyente que está esperando fielmente y preparándose para la venida
triunfante de nuestro Redentor.
Por razón de
esta seguridad que la segunda venida de Cristo viene pronto, «animaos unos a
otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis» (I de Tesalonicenses
5:11).
LA SEGURIDAD
DEL CRISTIANO ESTÁ EN CRISTO Y NO EN LAS COSAS MATERIALES.
La seguridad
se encuentra en Cristo no en la abundancia de las posesiones materiales.
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