miércoles, 23 de diciembre de 2015

EL MEJOR MODELO DE TODA LA HISTORIA ES JESUCRISTO.

EL MEJOR MODELO DE TODA LA HISTORIA ES JESUCRISTO.
TODO LO QUE EL APÓSTOL JUAN NOS QUIERE ENSEÑAR.
El compañerismo con Dios; la realidad y el remedio para el pecado; el peligro de los anticristos; los hijos de Dios y la justicia; que nos amemos unos a otros.
Todos nosotros conocemos a alguien a quien admiramos y respetamos. A veces imitamos a esas personas en nuestras vidas. Nuestro Padre Celestial nos ha provisto el más incomparable Modelo en toda la historia — Jesucristo. Vamos a consagrar nuestras vidas a seguir Su ejemplo, aun como el apóstol Juan nos escribió: «Si decimos que tenemos comunión con Él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como Él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo Su Hijo nos limpia de todo pecado» (I de Juan 1:6-7).
Hay algunas personas que dicen que ellos tienen una relación con Cristo, pero todavía «(andan) en las tinieblas». Dios dirigió al apóstol Juan a escribir que ellos «(mienten) y no (practican) la verdad». «Las tinieblas» en la mente de la persona natural les lleva a estar siempre preocupada con sí misma, con el bienestar y el éxito personal. Pero, la mente espiritual que «(anda) en luz, como Él está en luz», está primeramente ocupada en que Cristo sea «exaltado» en sus pensamientos, conducta, y conversación con otros (II de Corintios 10:5; Romanos 12:1-2).
Una de las características de «las tinieblas» es el deseo de ser reconocido. Tales personas reciben un sentido de superioridad al atraer atención a sí mismas y siempre buscan cómo dominar la conversación. Con otras personas, «las tinieblas» aparece en la forma de ser impacientes, o de un espíritu muy sensitivo que fácilmente se ofende, o de una disposición a llevar un rencor o una venganza cuando otras personas les contradicen, o en la forma que critican.
Una disposición de ser celoso, o un espíritu secreto de envidia, o una disposición a hablar de las faltas y de los fracasos de otras personas en vez de hablar de sus virtudes todas son característicos de «las tinieblas». Algunas personas andan en «las tinieblas» con un espíritu de desaliento y de compasión de sí mismas, y están determinadas a pasar ese mismo espíritu a todos los que les presten atención. Dignos de lástima son las personas que siempre están preocupadas con su propia apariencia y sus propias ambiciones que les llevan a vivir sin interés alguno en alcanzar las almas, en un mundo perdido, con las Buenas Nuevas que Jesucristo murió para salvarles.
Vamos a ser como el rey David cuando él oró: «Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno» (Salmo 139:23-24).
ENTRE LOS CRISTIANOS EL MANDAMIENTO ES SOLO AMOR.

Las personas que guardan odio o rencor en sus corazones se hacen más daño a sí mismas que lo que pueden hacerles a los que ellos odian.

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